El Mapeo de Flujo de valor o también conocido como VSM (Value Stream Mapping) es una herramienta del sistema Lean Management, y nos ayudará a analizar las “M” de Método y Materiales con mayor detenimiento.
Tal como vimos en el informe anterior, desde ARES aplicamos la técnica de las 4M´s (Materiales, Máquinas, Mano de Obra y Método) para hacer un diagnóstico efectivo y completo de una Organización y sus procesos.
Con la premisa de tener un enfoque en los procesos, esta herramienta nos permite visualizar en un solo mapa el flujo de información, recorrido de materiales, secuencia de actividades y tiempos de ejecución. También permite identificar los principales desperdicios, clasificando las actividades que agregan valor y las que no agregan valor.
Para armar un mapa de flujo de valor “VSM”, tenemos que seguir 5 pasos:
- El primer paso es “seleccionar el proceso a mapear”. Para esto debemos hacer un ranking o gráfico de Pareto de los productos o servicios que queremos analizar, medidos por demanda o ventas, con el objetivo de seleccionar el proceso de mayor impacto.
- El segundo paso es hacer el “mapa de la situación actual”, la clave en esta etapa es colocar tal cual como se hace hoy. Es importante hacerlo en equipo con integrantes que intervienen directa o indirectamente en el proceso. Consiste en dibujar en la parte superior el flujo de información desde el área de ventas, pasando por operaciones y llegando a los sectores de abastecimientos o proveedores. Luego en la parte central dibujamos el encadenamiento de actividades que van agregando valor y generando una transformación de los inputs hasta obtener el producto o servicio final. Y finalmente en la parte inferior colocamos los tiempos, tanto de las actividades principales como los tiempos de esperas en las transferencias entre una operación y la siguiente. La suma de todos los tiempos da por resultado el Lead Time o tiempo de entrega del proceso.
- El tercer paso, es identificar las “oportunidades de mejoras”. Para este punto debemos clasificar en el mapa que operaciones agregan valor y cuales no agregan valor, estas últimas también se denominan desperdicios. También podemos identificar como desperdicios los tiempos de espera, los movimientos innecesarios de materiales, información o personas, acumulación de materiales, etc. Todo lo que nos alargue el tiempo de entrega (Lead Time) y no agregue valor al proceso es una oportunidad de mejora.
- El cuarto paso consiste en confeccionar el “mapa futuro”. Teniendo en cuenta las oportunidades de mejoras detectadas en el paso anterior, ya sea eliminación de desperdicios, combinación o cambio de secuencia de las operaciones, disminución de recorridos de materiales o de información, etc., se procede en el armado del mapa futuro. En el mismo debemos dibujar el flujo de información, paso a paso de actividades y los tiempos, introduciendo las mejoras seleccionadas para el nuevo proceso.
- El quinto y último paso es elaborar el “plan de acciones de mejoras” para pasar de la situación del mapa actual a la situación futura.
Esta herramienta nos brinda un diagnóstico completo del proceso seleccionado, a través de una interfaz visual que permite relacionar los múltiples problemas que pueden estar afectando el rendimiento y los resultados del mismo.
Desde la consultora ARES utilizamos el mapeo de flujo de valor para analizar los procesos principales de las empresas y de sus sectores operativos, no solo para detectar los problemas y oportunidades de mejoras, sino también para hacer visibles los procesos facilitando su entendimiento. Esto nos permite confeccionar planes de mejoras que tienen mayor probabilidad de lograr los objetivos propuestos.